Publicado Por: Cecilia Dorado N.

Fecha: Sábado, 24 de Noviembre de 2013

 

Expertos ya lanzaron la advertencia. Los acuíferos subterráneos de donde se extrae agua potable para los cruceños están cada vez más contaminados. Se hacen estudios para ver otras fuentes.

La amenaza de falta de agua potable para Santa Cruz es un hecho y, en poco más de una década, el proveer de este líquido a la ciudad demandará nuevas fuentes y se elevarán los costos.

Mientras el crecimiento de la población se acelera, un estudio hecho por expertos israelíes para la cooperativa de agua potable y alcantarillado Saguapac advierte que entre 2025 y 2030, la demanda de agua se igualará a la cantidad de líquido potable que se extrae de los acuíferos subterráneos y que, por ahora, son la única fuente de provisión de agua en Santa Cruz. Hasta esa época, la cooperativa deberá tener nuevas fuentes naturales de agua para garantizar el suministro en el futuro.

Pero el agua no solo será escasa para tanta población, sino que la que quede en los acuíferos estará más contaminada. Hasta hace 10 años, las cooperativas podían hallar agua potable a 100 o 150 metros de profundidad, pero ahora tienen que cavar entre 200 y 350 metros como mínimo, porque los acuíferos que están más cerca de la superficie del suelo ya están contaminados. Saguapac tiene 70 pozos de los que extrae agua para gran parte de la ciudad, pero cada vez deben ser más profundos.

Según el jefe de Responsabilidad Social de la cooperativa, César Flores, la parte central de la ciudad (por la concentración poblacional), las zonas con restaurantes como la avenida Cañoto y el 2do anillo entre Mutualista y Alemania, los mercados y Normandía son algunas de las zonas más contaminadas.

En el caso de los restaurantes, muchos de estos no instalan cámaras desgrasadoras en su sistema de desagüe, por lo que las grasas y residuos que salen al lavar platos, verduras y otros, van tapando las cañerías hasta saturarlas y provocar un rebalse.

En los mercados, el problema es la basura que con una lluvia es arrastrada hasta algún río. La ordenanza municipal 031/2011 prohíbe: botar aguas sucias en vías públicas, áreas verdes, calles, canales, curichis y ríos, además de hacer conexiones cruzadas (para desagües). Establece sanciones desde Bs 500 hasta Bs 3.000. Saguapac y Cooplan lamentan que no se cumpla.

EL DEBER buscó por varios días a la directora de Medio Ambiente del Gobierno Municipal, pero su asesora de prensa argumentó que estaba ocupada.

Aguas contaminadas

Cada año se contaminan cinco metros de subsuelo en Santa Cruz, siendo otra de las principales causas la falta de mayor cobertura de alcantarillado, según estudios de Saguapac.

En toda la ciudad, apenas el 34% de la población tiene alcantarillado, el resto desecha las aguas servidas a pozos ciegos, cámaras sépticas o instalaciones precarias que van a parar directo a los canales de drenaje o a las vías públicas.

Por lo tanto, de los 67.6 millones de metros cúbicos de agua que provee anualmente Saguapac, el 59% retorna como aguas servidas y luego de ser tratadas se las vierte a los ríos para realimentarlos como fuentes de agua. Pero el 41% restante se pierde, porque no ingresa al alcantarillado, y más bien contamina el subsuelo.

Hay zonas como el Plan Tres Mil, que pese a sus tres décadas de existencia, no tienen este servicio habilitado. Francisco Sandóval, gerente técnico de Cooplan, asegura que en los distritos 8 (donde está el Plan) y 14, se ha montado un 38% de la red de alcantarillado, pero no se puede habilitar porque las disputas con dirigentes vecinales impiden la construcción de una laguna de tratamiento de aguas servidas. Es un proyecto de $us 26 millones que está a medias.

Plácido Mendieta lamenta que la casa de su madre, en el barrio 8 de Septiembre del Plan, no tenga alcantarillado, por lo que ella se ve obligada a echar el agua de la lavandería a la calle a través de una cuneta. Lo mismo pasa con el vecindario donde las calles están llenas de charcos con mosquitos y mal olor.

Flores, de Saguapac, explica que la instalación del alcantarillado es entre ocho a 10 veces más caro que la red de agua potable, y que al ser el agua potable un líquido indispensable, se prioriza este último.

Cooplan y Saguapac coinciden en que ni el pozo ciego mejor construido evita la contaminación del subsuelo. Y que hoy, debido a los altos niveles de contaminación de los acuíferos, ni siquiera hirviendo el agua de las norias es apta para consumo humano, porque ahora no solo se trata de eliminar bacterias, sino otros desechos, principalmente heces fecales.

A este panorama se suman los pozos que se perforan de forma ilegal en muchos domicilios o negocios para extraer agua, sin tener que pagar a una cooperativa. Hoteles, surtidores, estaciones de servicio, escuelas, mercados, empresas agrícolas y otros negocios lo hacen con frecuencia, sin ninguna sanción.

El secretario de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de la Gobernación, Manlio Roca, reconoce que hay “miles de pozos que no son regulados”, y que “lo formal lo podemos monitorear, pero lo informal es muy difícil”. Por lo tanto, se ciñen a lugares como el Parque Industrial.

Hay varias empresas de perforación de pozos. Por ejemplo, para una estación de servicio sencilla se necesita un pozo de unos 50 metros de profundidad, que cuesta $us 2.250, y una bomba sumergible de $us 1.500

Fuente: El Deber. En 12 años, el agua será escasa y con mayor costo.