Por Sandra Arias Lazcano – Los Tiempos – 21/02/2014.
Tres áreas de influencia de las represas brasileñas Jirau y San Antonio en territorio boliviano fueron definidas por un estudio impulsado por la Cancillería y que se realizó en 2013, informó ayer el investigador Paul van Damme, quien participó en su elaboración.
El martes, el presidente Evo Morales, informó desde Trinidad que instruyó una investigación para saber si las represas brasileñas estaban afectando a Cachuela Esperanza, azotada por las inundaciones. Sin embargo, esa información ya era conocida por su Gobierno desde 2006, año en que inclusive se elevó un reclamo formal ante el Gobierno brasileño y se impulsó la creación de una comisión binacional para estudiar el tema.
Los datos sobre el impacto de las presas están actualizados en el Sistema de Monitoreo de los impactos de las represas hidroeléctricas Jirau y Santo Antonio, que define un área de influencia directa, otra indirecta y otra de carácter regional.
Van Damme explicó que el Área de Influencia Directa en Bolivia (AID-B), incluye a las zonas que podrían sufrir cambios en los patrones de inundación, en suelo boliviano, como consecuencia de las represas. En esta área se incluye hasta Cachuela Esperanza, además que una de las zonas más afectadas es la Reserva de Vida Silvestre Bruno Rácua. El investigador dijo que es “poco probable” que el impacto de las represas vaya más allá de Cachuela Esperanza porque “el agua no sube”, por tanto Trinidad y Rurrenabaque (a mayor altura) están excluidos del área de afectación.
Hizo notar que los estudios más completos sobre el tema fueron los realizados en 2008 por el investigador Jorge Molina, del Instituto de Hidrología e Hidráulica de la Universidad Mayor de San Andrés (IHH/UMSA) y que el conocimiento actual sobre la relación entre las represas brasileñas y las inundaciones se basa en sus estudios técnicos.
A falta de estudios topográficos para el norte amazónico, el estudio de la Cancillería propuso que el límite del AID-B coincide con los 90 metros sobre el nivel del mar, que representa la cota máxima de embalse de Jirau.
Sobre el Área de Influencia Indirecta en Bolivia (AII-B), el estudio señala que es la zona que recibirá impactos socio-ambientales de las represas hidroeléctricas y se define como el conjunto de las microcuencas de los ríos directamente afectadas.
Van Damme añadió que hay zonas en las que el impacto podría sentirse a largo plazo, entre 2 a 5 años, y llegaría hasta las cabeceras de la cuenca amazónica en Bolivia, donde algunos peces migratorios que vienen de largas distancias y que obligatoriamente deben pasar por las represas, llegan para desova a los ríos Beni (Rurrenabaque) e Ichilo (Puerto Villarroel).
Por esa razón se identificó la tercera zona de influencia, denominada Área de Influencia Regional en Bolivia (AIR-B) que abarca los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y parte de Cochabamba.
Van Damme señaló que el documento de monitoreo estaría listo para su difusión aproximadamente dentro de un mes.
Línea de base
El investigador Paul van Damme explicó que la Cancillería, junto al Ministerio de Medio Ambiente, impulsó la elaboración de una línea de base, es decir un documento que recoge los datos sobre cómo se encontraba el área de influencia de las represas brasileñas antes de su construcción.
También se determinan los impactos socio-ambientales y económicos para los próximos 10 años.
“El Estado hace cosas un poco tarde”, pero el documento recoge toda la información de la zona previa a las presas, señaló.
Fuente: Los Tiempos. Estudio de Cancillería define impacto de presas en Bolivia.