Micropartículas de residuos plásticos que son devoradas por la «arenícola de los pescadores», un gusano «eco-ingeniero» que vive en la costa, podrían estar afectando negativamente a la biodiversidad, según un estudio realizado por investigadores británicos.

Los llamados microplásticos son capaces de transferir toxinas contaminantes y químicos a las entrañas de esos gusanos marinos, lo que reduce las funciones vitales del animal.

Se calcula que 150 millones de toneladas se «desvanecen» en la corriente global de desechos cada año.

El hallazgo fue publicado por la revista científica Current Biology.

«Estamos perdiendo un gran volumen de plástico y sabemos que se va al medio ambiente, y la suposición que hacen los políticos es que ese material no es peligroso y tiene la misma categoría que los desechos de comida», explicó el coautor del artículo, Mark Browne, ecologista del Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológica de Reino Unido.

«La investigación que hicimos desafía esa percepción», le dijo a la BBC Browne en referencia al hallazgo de sus colegas de la Universidad de Plymouth.

«Nuestro estudio muestra que el plástico en sí puede ser un problema que afecta a organismos. También, cuando partículas de plástico desaparecen en el medio ambiente, lo que encuentras es que acumulan gran cantidad de sustancias contaminantes prohibidas. Así que tienes estas partículas en sí, pero también un montón de toxinas».

Rol importante

El equipo de científicos encontró que las minúsculas partículas de plástico, que miden un milímetro o menos, transfieren elementos contaminantes y aditivos químicos al interior del gusano.

El proceso resulta en que las toxinas alcanzan los tejidos de las criaturas, lo que provoca una serie de efectos biológicos como estrés termal y la incapacitación para consumir tanto sedimento.

Bowne explicó que esto tiene consecuencias para el ecosistema circundante.

«Si los animales no son capaces de comer tanto, entonces hay un cambio en la función de los organismos y un impacto en las especies que hay en el área», dijo.

El científico agregó que los gusanos se han ganado el apodo de «ecoingenieros» por su capacidad para ingerir materia orgánica del sedimento y evitar la acumulación de residuos.

«A través de ese proceso, produce madrigueras y cambios en el conjunto de animales que viven alrededor», afirmó.

«Esto es muy importante, porque si miras el total de la biomasa en la línea costera, un 32% puede venir de estos organismos», agregó.

Según Browne, se trata del primer estudio de este tipo que destaca el riesgo tóxico que suponen los microplásticos para los organismos marinos.

«Durante unos 40 o 50 años hemos estado viendo grandes concentraciones de sustancias químicas en los animales. Luego empezaron a encontrarse animales con mayores concentraciones de toxinas y plásticos, así que los investigadores empiezan a establecer esta correlación».

«Pero nadie había de verdad demostrado si los químicos podían transmitirse del plástico cuando son comidos por animales y acumulan en sus cuerpos y reducen importantes funciones que los mantienen saludables»

Fuente: BBC Mundo. Microplásticos, una «amenaza tóxica» para la vida marina.